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Clientes malos: dinero malo

Sabemos que los clientes buenos realzan tus habilidades legales, mejoran tu reputación, y también tus fondos. A diferencia de los clientes malos, que hacen dudar de tus habilidades, destruyen tu reputación, y resultan en el peor dinero que hayas podido conseguir.

Una vez que entiendas mejor cómo los clientes malos pueden arruinar tu práctica, te harás mejor detectándolos y evitándolos. Y sólo te quedarás con el mejor dinero que hayas podido conseguir.

Pero… dinero es dinero, ¿no?

No. Los clientes malos te hacen agotar energía y tiempo de increíbles maneras que no puedes cobrar. No puedes cobrarles por el estrés, ni por los malos ratos que te hagan pasar o por no dormir bien. A fin de cuentas no todo el dinero se acepta.

Los clientes malos pueden alejar a los clientes buenos

Los clientes malos son como un virus que se propaga a lo largo de tu carrera. Te hacen repulsivo y de mal humor, alejando así a clientes potenciales buenos.

Los clientes malos pueden hacerte perder clientes buenos por dos razones:

  1. Te hacen consumir más tiempo en ellos del que deberían. Esto significa que podrías perder buenos clientes porque estás demasiado ocupado encargándote de los problemas de tu cliente malo, o incluso es posible que tengas que quedarte hasta tarde en la oficina porque estés resolviendo alguno de sus asuntos. Puede ser difícil de aceptar, pero es la realidad.
  2. La fatiga mental es más grande de lo que te imaginas. Cuando estás en medio de tramitaciones y haciendo frente a los asuntos de un cliente malo, puede hacerte ver a los clientes buenos como clientes malos. Los clientes malos nublan tu mente e interfieren con tus habilidades para evaluar otros clientes potenciales.

Las señales de advertencia son generalmente claras

Ahora que entiendes que no todo el dinero se acepta, puedes afilar tus habilidades de admisión para evitar clientes malos. Debes confiar en tu instinto.

Si no estás listo para vivir o morir según tu instinto, aquí tienes unas cuantas señales de malos clientes que advierten que los problemas se pueden aproximar:

  • Llaman con una emergencia legal, luego esperan seis días para devolverte la llamada.
  • No saben quién eres cuando le devuelves la llamada, porque ya han llamado a diez abogados más.
  • Te envían un mensaje sin ningunos detalles específicos, tan sólo diciendo “es un buen caso”.
  • Te envían cinco archivos y documentos antes de explicarte de qué trata el caso.
  • Quedan en reunirse contigo, y no se aparecen o posponen la reunión.
  • Te dicen qué son las leyes o cómo funcionan en el país.
  • Intentan regatear el precio de tus servicios, o te explican por qué consideran que eres muy caro.
  • Te dicen que habían contratado otro abogado antes, pero que quieren intentar contigo.
  • Cuentan una historia en tu oficina totalmente diferente a la que te habían dicho por el teléfono.
  • Preguntan muchos detalles acerca de tu vida personal, y te explican por qué podrían llegar a ser buenos amigos.

No es una lista muy larga, pero estos son algunas de las tantas alertas rojas que podemos mencionar. Si tu instinto te dice que no parece un buen caso, hazle caso y déjalo ir con otro abogado, pero nunca intentes convencerte a ti mismo en primer momento de que cualquier cliente es un cliente bueno. Al final verás que este cliente no valía la pena, además existen muchas otras maneras de conseguir otros clientes.

Coméntanos cuáles otras señales crees tú que indican que el cliente será un dolor de cabeza.

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