tarde en la oficina

¿Por qué quedarse hasta tarde en la oficina?

Los primeros meses de tu carrera legal en una firma de abogados pueden significar que en la noche hay que quedarse hasta tarde en la oficina. Puede que llegues a tu casa alrededor de las 11:00 p.m., o quizás más tarde. Es un tiempo en el que estarás muy ocupado, y por ende las noches de trabajo serán requeridas. Pero esto no debe ser así… todo esto puede evitarse.

Tu horario nocturno es una decisión, el resultado de fallar en tomar las decisiones necesarias que podrían haber ayudado a evitar el agotamiento.

Quedarse hasta tarde en la oficina es un círculo vicioso

Te quedas hasta tarde, vas a la cama tarde, entonces llegas a la oficina tarde en la mañana siguiente. Al llegar tarde a la oficina las llamadas y las diligencias están en su hora pico. Nunca tienes una oportunidad de adelantarte, organizarte, y terminar el trabajo cuando deberías. En lugar de esto, haces todo cuando puedes, normalmente al final del día cuando todo “está más tranquilo”, luego que todo el mundo se ha ido a casa, todo el flujo de llamadas y demás se ha detenido, y ya has terminado de lidiar con un cliente problemático.

El mayor problema es que el final del día es el peor momento para hacer el trabajo que se requiere para impulsar tu carrera. En vez de hacer las cosas más importantes gastas tu día haciendo las cosas más urgentes. En lugar de jugar golf, es como jugar tennis, donde todo lo que haces es retornar la pelota tan solo para tenerla de vuelta hacia ti al instante.

La verdad es que para la mayoría de personas, temprano en la mañana es el mejor momento para realizar los trabajos de importancia. Puede que no te consideres una persona mañanera, y la idea de llegar a la oficina a las 07:00 a.m. puede que no vaya contigo, pero ¿has pensado en que la razón por la que se te hace difícil madrugar es por todas las malas noches que has acumulado?

No puedes quemar ambos extremos de la vela. Así que necesitas tomar una decisión.

¿Quieres una vida, o quieres gastar tu vida en la oficina?

Apreciar los beneficios de empezar tu trabajo bien temprano en la mañana no será fácil, ya que un cambio como este no se lleva a cabo de un momento a otro. Si acostumbras a llegar a la oficina a las 09:00 a.m. o 10:00 a.m. puedes empezar moviendo tu alarma quince minutos antes cada mes o cada quince días. Empezarás tu día de trabajo alrededor de las 08:00 a.m., luego a las 07:00 a.m. y así sucesivamente hasta que logres aprovechar al máximo las mañanas.

Te darás cuenta de que puedes hacer mejor trabajo de 07:00 a.m. a 09:30 a.m. que el que harías de 01:00 p.m. a 06:00 p.m. El hecho de que es mejor hacer los trabajos más importantes en la mañana es pan comido. Si has estado trabajando todo el día en una profesión que a veces puede ser estresante como lo es el Derecho, debes saber que en la noche tu cerebro estará cansado, y es casi seguro que no estarás haciendo tu mejor esfuerzo en lo que estés trabajando.

Empieza tu día con un esprint

Tal vez más importante que cuándo empiezas a trabajar es en qué estas trabajando. El trabajo es como el fitness, es mejor hacerlo en pequeños intervalos de intensidad, seguido por períodos de descanso y recuperación.

Trabajar de esta forma tiene un beneficio agregado. Si eres como la mayoría de las personas, tus mejores ideas llegan durante períodos de recuperación (así como la construcción de músculos), cuando tu mente está libre para deambular, y no en el medio de una intensa sesión de trabajo. Al tomarte tiempo para recuperarte, puedes aplicar estas ideas recién nacidas en tu próxima jornada de trabajo.

Según el psicólogo Ron Friedman, la clave para la productividad es aprovechando las primeras tres horas de tu día. Friedman fue citado en la importante revista Harvard Business Review acerca de este tema:

“Típicamente tenemos una ventana de algunas tres horas donde estamos realmente enfocados. Somos capaces de aportar fuertes contribuciones en términos de planeación, en términos de pensamiento, y en términos de hablar bien.”

No dejes tu trabajo más importante para el final del día, aunque sea escribir un expediente, o practicar una presentación, o definir la estrategia de una transacción, o elaborar una propuesta de honorarios. Hazlo primero cuando tu mente y tu cuerpo estén frescos. Luego levántate, sal a caminar o a comer algo.

Reserva tus tardes para reuniones, llamadas telefónicas y correos electrónicos. La mejor forma de envolver tu día, quizás hasta las 06:00 p.m., es pasando 15 minutos planeando la lista de pendientes de la mañana siguiente. De esta manera puedes llegar a tu hogar con la cabeza tranquila, y tener tu día próximo ya planeado.

Ahora seamos realistas

Es una ilusión pensar que no tendrás que trabajar hasta tarde de vez en cuando. Por supuesto, a veces los planes mejor preparados pueden ir mal, y algunos días no serán nada más que un desastre caótico. Como decía Cus D’Amato, quien fue uno de los managers y entrenadores de boxeo de Mike Tyson, “los planes están magníficos… hasta que te dan un puñetazo en la boca”.

Lo recomendable es no hacer de esto (quedarse hasta tarde en la oficina) un hábito. Ningún abogado debería aceptar que cada día en una oficina debe terminar en una sala de conferencias, con contenedores de comida rápida a medio comer por toda la mesa.

La carrera de Derecho es dura. El trabajo es estresante. Los adversarios cuadruplican los niveles normales de ansiedad. No hagas las cosas más difíciles contigo mismo al trabajar de una forma que es insostenible y no saludable. Levántate más temprano. Haz tu trabajo. Luego sal de la oficina hacia el mundo exterior. Serás un mejor abogado, y una mejor persona.

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