metas creativas

Creatividad para mejorar tu práctica jurídica

Casi cada abogado individual tiene una lista de cosas que les gustaría hacer mejor en su práctica jurídica. Algunas veces el factor motivante es el crecimiento del negocio, y otras veces es la eficiencia. De cualquier manera, al final todos sienten el mismo deseo de crear una práctica más ética. Establecer metas creativas para mejorar tu práctica jurídica es la mejor manera de llevar a cabo tus planes. Aquí algunos consejos:

No te quedes atascado, ponte creativo

Si colgaste tu título de abogado con poca orientación o infraestructura, la lista de cosas que podrían ser actualizadas y mejoradas puede resultar abrumadora. La opción correcta no es cambiar todo a la vez o no hacer nada en lo absoluto, sino que el camino adecuado es establecer objetivos o metas alcanzables. Cambiar una cosa a la vez hasta que tu práctica jurídica esté bien protegida contra violaciones comunes de ética.

En esta fase no es cuando piensas en todas las cosas que necesitas mejorar, sino para pensar cómo establecer metas creativas que te ayuden a mejorar tu práctica.

Establecer metas no es una “lista de cosas por hacer”

Normalmente pensamos que establecer metas es sentarse a escribir una lista de cosas por hacer. Sin embargo, algo muy importante que debe tener esta lista es la fecha límite para cada elemento que se encuentre en ella. Mientras más larga es la lista menos probabilidades hay de que realmente hagamos algo de eso. El impacto psicológico de lo larga que pueda ser la lista corta nuestra motivación y nos impide cree que podemos tener éxito.

Métodos creativos y efectivos para establecer metas

Teniendo en mente el no realizar una lista sin final, aquí hay algunas otras formas creativas para establecer metas:

Incentivo directo. Los sobornos no solo funcionan para que los niños se porten bien; también podemos sobornarnos a nosotros mismos. Haz una pequeña lista de tareas por hacer y prométase una recompensa por completarlas dentro de un período de tiempo establecido. ¡Como mismo lo harías con tus hijos!

Hazlo un juego. Introduce un elemento de diversión o juego. Podrías tomar tu lista de cosas por hacer y convertirla en un juego de bingo. Haz que cada tarea sea un cuadrado de bingo; Elige tareas para hacer cada día y así completar una línea ganadora de bingo. Toma tu juego favorito y adáptalo a tus metas específicas.

Ponle fecha de vencimiento. Debes ponerle fecha de vencimiento a tus planes. Mencionaremos dos herramientas creativas para la planificación a largo plazo. Ambas herramientas hacen un plan a largo plazo y pueden ser utilizadas con listas largas de metas.

  • El plan de los 300 días: En una hoja de papel, diseña los próximos 300 días de su práctica. Divídelo en los próximos 10 días, los 30 días posteriores, los 60 días posteriores, los 100 días posteriores, los siguientes 60 días, los siguientes 30 días y los últimos 10 días de los 300. Es decir: 10, 30, 60, 100, 60, 30, 10. Enumera tus objetivos o metas para cada uno de estos períodos de tiempo. Hazlos manejables, considerando la cantidad de tiempo asignada. Por ejemplo, en tus primeros 10 días no puedes renovar completamente tu infraestructura, pero probablemente podrías revisar y mejorar tus contratos de retención. Y en los próximos 30, probablemente puedas mejorar tu contabilidad o asuntos de fideicomiso.
  • El plan de “ahora/siguiente/nunca”: Mira hacia adelante en “pedazos” de tiempo. Primero, diseña las próximas semanas, una semana a la vez, enumerando lo que lograrás cada semana. Luego, divide tu plan en partes mensuales, estableciendo lo que harás cada mes durante el resto del año. Finalmente, comprométete a detener tres comportamientos dañinos de tu elección: ¡nadie tiene que saber lo que eliges!

Triaje. No importa qué tipo de sistema de fijación de metas te sirva, incluso si es una larga lista de tareas pendientes, asegúrate de clasificar tus tareas. Es fácil obtener una lista haciendo una lista de todas las cosas que deseas cambiar y comenzar a incluir elementos realmente menores, cosas que hacen que la lista sea más larga y no realmente mejor. Prioriza lo que debe hacerse con cuatro códigos:

  • Código rojo: cubre cosas de importancia. Las debilidades que puedan haber aquí te expondrían al máximo riesgo de ética.
  • Código amarillo: probablemente incluyas aquí la mayor parte de sus tareas, incluidos los contratos de retención, los sistemas de comunicación (registros telefónicos, prácticas para devolver llamadas, presentación de correos electrónicos, prácticas de cartas que no implican compromisos). Estos también te exponen a riesgos éticos, aunque probablemente puedas cojear y mantenerte alejado de problemas hasta que tengas un gran sistema en su lugar.
  • Código verde: pueden ser tareas de desarrollo de negocios, por ejemplo, si estás pagando el alquiler, pero te gustaría mejorarlo. (Esto podría ser código rojo si se te torna difícil lograr conseguir la renta de cada mes).
  • Código blanco: es para tareas que sería bueno hacer pero que no son críticas.

Escoge un nuevo método y pruébalo

Más importante que saber cuál método escoger es que escojas algo y lo ejecutes. Si te das cuenta que hay cosas uqe necesitas mejorar, no te acomodes en tu asiento. Analiza tus metas de una manera que sea motivadora y divertida, y verás el resultado de una práctica mejorada y más ética.

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